El mercado social y el seguro ético

El mercado social y el seguro ético

Una de las principales estrategias de la economía social y solidaria (ESS) pasa por la construcción y fortalecimiento del mercado social, un circuito económico y de satisfacción de necesidades basado en los principios de la ESS.

Hemos hablado con las responsables de las comisiones del mercado social de la XES y REAS Red de Redes, Rubèn Suriñachs y Susana Ortega, respectivamente, para entender mejor algunos de los conceptos clave. También hemos contado con Guillem Subirachs, coordinador del Observatorio de las Finanzas Éticas, para adentrarnos en las sinergias positivas entre las finanzas éticas, el seguro ético y solidario y el mercado social. 

Muy a menudo, desde las entidades y organizaciones que formamos parte de la ESS hablamos de mercado social y de la necesidad de impulsarlo y hacerlo crecer. Pero, ¿todas sabemos a qué nos estamos referimos?

El mercado social es el circuito económico y de satisfacción de necesidades dentro de las prácticas y los valores del ESS. «Es una gran red donde nos relacionamos personas, organizaciones y entidades de la economía solidaria en la cual priorizamos nuestras necesidades de compra escogiendo como proveedoras a otras entidades de la ESS». Así es como Susana Ortega, consejera del Mercado Social de REAS Red de Redes, describe el mercado social. Para Ortega, este circuito es una «gran comunidad desde donde se pueden satisfacer y desarrollar el máximo posible de relaciones e iniciativas socioeconómicas con los valores del ESS».

Para Rubèn Suriñach, técnico de la XES y responsable del Balanç Social, «la ESS debe de hacer realidad otras formas de vida, aunque esto comporte tener que convivir de manera conflictiva con el capitalismo, con las contradicciones que esto supone». Para el economista, es justamente en la estrategia de construcción del mercado social donde más se evidencia este conflicto para el conjunto de la economía solidaria.

Rubèn Suriñach (XES), Susana Ortega (Mercado Social) y Guillem Subirachs (Observatorio de las Finanzas Éticas)

El mercado social en ejemplos concretos

Hemos pedido a Rubèn Suriñach y a Susana Ortega si nos podían dar ejemplos concretos de prácticas donde se haga visible el mercado social. Para Ortega, el catálogo estatal de productos y servicios del mercado social refleja cada vez más alternativas de diferentes entidades que se suman a este circuito. En paralelo, la Auditoría Social es otra herramienta que refleja la intercooperación entre diferentes empresas, organizaciones y entidades de la ESS.

Por su lado, Rubèn Suriñach nos recuerda cuál ha sido la estrategia de algunas redes de economía del estado, como en Madrid o Aragón, donde se apostó por construir cooperativas integrales que agrupasen a consumidoras y productoras. De este modo se pretendía generar un mercado cerrado como espacio de consumo y producción donde todas las entidades y organizaciones cumpliesen con los criterios y valores de la ESS.

El economista también nos cuenta cómo, por otro lado, «la estrategia de la XES en Cataluña fue distinta y se basaba en crear un ecosistema de innovación y escalabilidad en ESS con diferentes actores que generan herramientas y recursos para potenciar el ecosistema». Entre estas herramientas destaca la Autoría Social y el Pam a Pam el mapa del mercado social en Cataluña.

Foto: FESS Rural 2023. Fuente: XES

Las finanzas y los seguros éticos como palanca del mercado social

De entrada, los vínculos entre mercado social y el ESS parecen claros, pero no debemos confundir un concepto con el otro. Susana Ortega nos recuerda que el circuito económico del mercado social se basa en los principios de la economía solidaria. «Así, el mercado social pone en el centro de la producción y el consumo de bienes y servicios, la equidad, el trabajo digno, la cooperación, la sostenibilidad ecológica, el reparto justo de la riqueza y el compromiso con el entorno, los principios de la economía solidaria.»

En esta línea, es importante situar el mercado social como un circuito económico en el cual conviven diferentes esferas, como por ejemplo la producción, la financiación, la comercialización y el consumo. Pero, como nos explica Rubèn Suriñach, es importante situar el mercado social estrictamente dentro de la esfera mercantil o del intercambio. Por otro lado, existen otras esferas, especialmente si atenemos las críticas formuladas desde la economía feminista y la economía basada en los comunes o el procomún, que se escapan del circuito del mercado social, como lo son los cuidados o la articulación de comunidades.

Las finanzas y los seguros éticos como palanca del mercado social

Desde el discurso de construcción del mercado social, entendemos las finanzas éticas y, por tanto, el seguro ético, como la esfera financiera de este circuito. Esto implica que «las finanzas éticas vayan más allá de un uso ético del dinero», opina Guillem Subirachs, coordinador del Observatorio de las Finanzas Éticas (FETS – Financiación Ética y Solidaria). Y es que las finanzas éticas «tienen un papel crucial en la articulación del mercado social, porque ayudan a impulsar y consolidar entidades de la ESS de sectores estratégicos como son, por ejemplo, la vivienda, la energía, la alimentación o los cuidados».

El coordinador del Observatorio, recuperando el hilo de Suriñach, también defiende la capacidad de las finanzas éticas de facilitar el acceso a la financiación y, por tanto, de ayudar a hacer posible los necesarios saltos de escala del mercado social. En paralelo, el economista vinculado a la XES opina que el sistema financiero ético «es fundamental para desarrollar esta intermediación financiera, ya que son las que garantizan los principios del mercado social y la ESS en la gestión de estos recursos».

En otras palabras, entendemos los seguros y las finanzas éticas no solo como una forma de practicar el consumo consciente o responsable, sino como una estrategia sociopolítica de construcción de un circuito de relaciones y de flujo económico y monetario que sitúa el bienestar de las comunidades y de los ecosistemas en el centro.

Foto: FESC. Fuente: XES
Entrevista a CAES, entidad colaboradora de Idearia2024

Entrevista a CAES, entidad colaboradora de Idearia2024

Artículo publicado originalmente en Economía Solidaria

¿Qué es CAES?

CAES, Cooperación para el Aseguramiento Ético y Solidario, es un proyecto de intercooperación de las corredurías SERYES y Arç Cooperativa para fomentar e impulsar el seguro ético y solidario en la economía social y solidaria.

Ambas corredurías disponemos del sello EthSI (Ethical and Solidarity Based Insurance), una certificación de gestión ética y solidaria del sector asegurador.

Defendemos que la cooperación y el trabajo en red con las redes de economía solidaria es la mejor manera de promover unos seguros basados en la transparencia, la responsabilidad social y ambiental y unas inversiones sostenibles y responsables.

¿Por qué un seguro ético y qué tipos de opciones existen?

Desde CAES entendemos el seguro ético y solidario como un instrumento social basado en tres principios: la mutualidad, la equidad y la transparencia.

En otras palabras, el seguro debe ser un instrumento colectivo al servicio de la comunidad y asequible para todas las personas. Además, debe partir de un pacto entre iguales, sin abusos ni cláusulas injustas, discriminatorias o ambiguas.

Es importante recordar que el seguro ético y solidario reporta unos beneficios sociales que deben aflorar e introduce en el mercado asegurador las prácticas propias de la finanza ética.

Gracias al sello EthSI, cuando una cooperativa, organización o empresa de la economía solidaria contacta con nosotras, sabe que nuestras prácticas socioempresariales están alineadas con los valores de la economía solidaria. Además, siempre priorizaremos productos aseguradores de entidades y compañías aseguradoras que también dispongan la certificación EthSI.

¿Cómo contribuye CAES y los seguros éticos a la Economía Solidaria?

Desde CAES trabajamos para que el seguro forme parte de un sistema integral de las finanzas éticas, al lado de la banca y el crédito. Por este motivo, somos parte activa de la Mesa de las Finanzas Éticas de REAS Red de Redes.

El seguro ético forma parte de la estrategia de articulación del mercado social y de nuestra apuesta por una economía que sitúe a las personas, las comunidades y los ecosistemas al centro. Se trata de una herramienta más para consolidar un ecosistema financiero democrático, horizontal y participativo que esté al servicio de la transformación social y ambiental.

Habéis colaborado con la organización de Idearia porque….

Esta no es la primera vez que colaboramos con Idearia o con otros encuentros impulsados por las redes de economía solidaria. Entendemos que eventos de este tipo son imprescindibles para poder compartir aprendizajes, conocernos más allá de la pantalla y generar dinámicas que repercutan positivamente en la economía transformadora.

Al fin y al cabo, el seguro ético y solidario es una herramienta que nos permite cultivar las redes de economía solidaria. Por lo tanto, estamos encantadas en movilizar recursos financieros para ayudar a hacer posible un encuentro como Idearia, que, además, en esta edición se centrará en el trabajo digno, uno de los pilares de la economía solidaria y de nuestro proyecto de intercooperación.

Finanzas éticas al servicio de una transición ecológica, justa y democrática

Finanzas éticas al servicio de una transición ecológica, justa y democrática

Artículo publicado originalmente en Energías Renovables

La emergencia climática y el agotamiento de los recursos fósiles han precipitado una transición energética con importantes implicaciones en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía. Mientras las grandes empresas y los grupos financieros que han contribuido al calentamiento global están volcadas en controlar el sector de las renovables, ciudadanía, comunidades de vecinos, asociaciones y cooperativas están creando alianzas bajo el paraguas de las comunidades energéticas para desempeñar un rol protagonista en la producción y la distribución de la energía. ¿Qué papel pueden jugar las entidades de las finanzas éticas en la consolidación de un movimiento ciudadano basado en el empoderamiento, la propiedad colectiva y la democratización de la energía?

Clara Soler Roig y Albert Castillo i Sampedro*

Estos últimos años, la ciudadanía organizada, los grupos ecologistas, los movimientos sociales y la economía solidaria se están organizando para promover que la necesaria transición ecológica se haga siguiendo criterios de justicia social y democracia económica. Proponen que los cambios que debemos implementar como sociedad para que las actividades humanas no pongan en peligro la sostenibilidad del planeta deben ir en paralelo con la erradicación de la pobreza y las desigualdades sociales, situando la sostenibilidad de la vida como el objetivo prioritario.

Las comunidades energéticas son un ejemplo paradigmático de esta transición ecológica justa y democrática. Nacidas de la voluntad y determinación de grupos de personas para organizarse de forma democrática y autogestionada, proponen un sistema energético sostenible al servicio del bien común. Son propuestas colectivas basadas en la obtención de energía de una fuente de origen renovable para el autoconsumo. De este modo, las consumidoras pueden acceder a una energía limpia, de la cual son copropietarias, a un precio más justo.

El compromiso de la economía solidaria con las comunidades energéticas

Las comunidades energéticas comparten su ADN con el movimiento de la economía solidaria basado en la equidad, la sostenibilidad ecológica, la cooperación, el reparto justo de la riqueza y el compromiso con el entorno. No es casualidad que muchas de las iniciativas que promueven la creación de comunidades energéticas nazcan de cooperativas y entidades de la economía solidaria.

Primer encuentro de comunidades energéticas de l’economia social y solidaria de Som Comunitats

En Cataluña, Som Comunitats es una alianza entre siete entidades y cooperativas de la economía social y solidaria para fomentar la creación de comunidades energéticas desde los principios éticos y solidarios. Según Francesc Casadellà, miembro del equipo de Som Comunitats, “la transición energética no se basa solo en la descarbonización del sistema, sino que también queremos democratizar el acceso y el uso energético, apostando por una propiedad colectiva y no dejar a nadie fuera”. La plataforma ha acompañado a unas sesenta comunidades energéticas repartidas por toda la Península Ibérica, Baleares y Canarias. Actualmente, están trabajando para poder ayudar a la creación de más de 1.000 comunidades, una en cada municipio y barrio de Cataluña, a partir de este otoño.

En 2017, Som Energia, una de las 7 entidades impulsoras de Som Comunitats, creó, conjuntamente con Coop57 el Germinador Social, un concurso para estimular el “desarrollo de nuevos modelos de democratización de la energía y el empoderamiento social, la eficiencia energética y las energías renovables”, según Casadellà. A partir de 2020, los premios incluyeron una categoría dedicada a las comunidades energéticas. Desde entonces, 35 comunidades energéticas han participado y 13 han sido galardonadas.

Asamblea de BATEC

En Barcelona, otro grupo de cooperativas y asociaciones de la economía social y solidaria se han agrupado en el proyecto BATEC, una iniciativa que tiene como objetivo ser a referente en la transición energética hacia un modelo sostenible, justo y democrático. “Impulsamos proyectos transformadores que presenten retos complejos que requieran la intercooperación para abordarlos”, comenta Gaia D’Elia, coordinadora de BATEC. Según la responsable, las comunidades energéticas son una herramienta fundamental para transformar el modelo energético, pero no la única: “Trabajamos con escuelas, cooperativas agrarias y otras entidades para promover la descarbonización y la ambientalización de los espacios donde vivimos, trabajamos o producimos.”

A nivel estatal, Unión Renovables, la unión de cooperativas de consumidoras y usuarias de energías renovables que aboga por un consumo responsable, un empoderamiento ciudadano y un modelo de gestión de la energía distribuida, también fomenta la creación de comunidades energéticas desde los principios de la cooperación y la ayuda mutua. Según Alfonso García Márquez, portavoz de Unión Renovables, la propuesta de las comunidades energéticas “encaja como un guante” con los objetivos de la entidad. Para García, el modelo cooperativo aporta las herramientas e instrumentos que necesitan las comunidades energéticas, ya que el cooperativismo “permite dotarnos de reglas y valores, con prácticas sociales de éxito.”

Otras finanzas para la transición ecológica

ara entender el papel de la economía solidaria, el cooperativismo y las finanzas éticas en la transición energética es fundamental reflexionar sobre la otra cara de la moneda. El sistema financiero convencional mantiene un papel central en la economía fósil y el calentamiento global. El informe Banking on Climate Chaos 2022, publicado por seis organizaciones no gubernamentales internacionales constata como las sesenta mayores entidades bancarias del mundo concedieron 4,6 billones de dólares en seis años al sector de los combustibles fósiles.

En paralelo, veinticuatro organizaciones de todo el mundo promovieron, en el marco de la campaña Insurance our Future, el estudio 2022 Scorecard on Insurance, Fossil Fuels and the Climate Emergency. El informe recoge cómo todavía grandes compañías aseguradoras y reaseguradoras dan cobertura a los riesgos asociados con la extracción de petróleo y gas, dos elementos clave en el calentamiento global.

Datos como estos demuestran cómo las entidades financieras convencionales, aunque están cambiando su foco de actividad e inversión hacia una economía ‘verde’, siguen apostando por inversiones que, como en la extracción de combustibles fósiles, buscan el máximo beneficio en el menor tiempo posible. En definitiva, son actores clave en armar un sistema económico y productivo totalmente desconectado de las necesidades reales del planeta, de las personas y de la economía real.

En contrapartida, existen otras finanzas basadas en criterios éticos, movidas por los valores de justicia y transformación, participativas, transparentes y que buscan financiar proyectos con importantes repercusiones sociales, culturales y medioambientales. Las finanzas éticas ya representan el 5% del PIB de toda la Unión Europea, como indica el primer informe Las Finanzas Éticas y Sostenibles en Europa, publicado por la Fondazione Finanza Etica y la Fundación Finanzas Éticas.

Oficinas de Fiare Banca Etica en Barcelona

La economía solidaria tiene muy claro la necesidad de consolidar un ecosistema financiero al servicio del bien común controlado democráticamente, que redirija el flujo del crédito y la inversión hacia la resolución de las necesidades sociales y ambientales. Entidades cooperativas de las finanzas éticas como Fiare Banca Etica o Arç Cooperativa están demostrando que su actividad socioeconómica está al servicio de una transición ecológica justa y democrática en su conjunto y de las comunidades energéticas en particular.

Apoyando la parte financiera desde Fiare Banca Etica

Fiare Banca Etica como entidad cooperativa organizada desde la sociedad civil, comparte los principios de comunidad, democracia y ser una herramienta al servicio de la ciudadanía. En 2019 se presentó un primer centro educativo en Madrid que solicitaba un préstamo para la instalación de placas de autoconsumo en sus edificios y desde ese momento la cooperativa creó líneas de productos tanto para entidades como para particulares y sus comunidades energéticas para poder acompañarlos en este proceso de cambio.

Encuentro de Asomada Solar a Cartajena

En 2022, el banco participó financieramente con la puesta en marcha de la comunidad energética La Pablo Renovable, probablemente la comunidad de vecinas más grande de todo el Estado, en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid. El objetivo principal era generar un “barrio solar” que provea de energía más limpia a 504 hogares de más de diez comunidades que conforman la mancomunidad de Pablo Iglesias. Por otro lado, también hay particulares que en su condición individual dan el paso hacia el autoconsumo allí donde viven, y la cooperativa les apoya con la financiación de su instalación.

Asegurando la generación de energía limpia y democrática

Por su parte, Arç Cooperativa, correduría de seguros integrada en el grupo CAES, mantiene un compromiso explícito con la transición ecológica, justa y democrática, desarrollando productos y servicios para responder a las necesidades derivadas de la transición ecosocial. Esta apuesta llevó a la cooperativa a negociar con compañías y entidades aseguradoras productos para cubrir las necesidades específicas de las comunidades energéticas, que distan mucho de los riesgos de instalaciones convencionales de generación de energía renovable. En su oferta destaca un seguro colectivo de responsabilidad civil diseñado según las características y el crecimiento de las comunidades.

Equipo de Arç Cooperativa

Una de las comunidades energéticas que forma parte de este seguro colectivo es EnHerKom, de la localidad guipuzcoana de Hernani, donde destaca la colaboración público-comunitaria para el impulso de la comunidad energética. Se trata de un proceso de democratización donde los movimientos sociales y la ciudadanía defienden la gestión colectiva en una alianza con el poder público para su consolidación. En el caso de la comunidad energética hernaniarra, el consistorio ha aportado recursos y ha jugado un papel fundamental como socio colaborador. Ahora bien, los responsables de la entidad recuerdan que “el ayuntamiento debe tener claro su papel como un socio más de la comunidad energética”.

En el barrio pamplonés de Mendillori encontramos otra asociación adherida al seguro colectivo, la comunidad energética Mendillorriko Komunitate Energetikoa ‘Kemendi’. Según la Junta Directiva de la asociación, las entidades financieras tradicionales les han brindado muy poca ayuda o incluso han dejado sin responder sus peticiones. Se trata de una situación que refleja la distancia entre estas entidades más convencionales y la ciudadanía organizada en proyectos transformadores.

El caso de ‘Kemendi’ es otro ejemplo de la alianza entre administraciones y ciudadanía. La asociación nació gracias a una iniciativa promovida desde la Agencia Energética del Ayuntamiento. Además, el consistorio navarro se ha comprometido a ceder parte de la potencia de una instalación fotovoltaica del barrio a la asociación.

Grupo promotor de la comunidad Mendillorikko Komunitate Energetikoa "Kemendi" (Pamplona)
Grupo promotor de la Mendillorriko Komunitate Energetikoa ‘Kemendi’ de Pamplona

A más de 2.000 kilómetros de Navarra, en la isla canaria de La Palma, un grupo de ciudadanas, pequeñas empresas y administraciones se han organizado alrededor de Energía Bonita, una comunidad energética que abarca toda la isla y que tiene como objetivo “conseguir que buena parte de la generación de energía sea de propiedad ciudadana”. Núria Albet Torres, presidenta de la asociación, asegura que tienen importantes retos, pero están convencidas de que el proyecto puede ser “una oportunidad de mejora de la calidad democrática de nuestro territorio”.

Comunidades energéticas y finanzas éticas, aliadas en la transformación

Las comunidades energéticas, con sus particularidades y puntos en común, han llegado para ser un instrumento al servicio de la ciudadanía que quiere dar el paso para construir un modelo de provisión de energía limpia. Ya sea en Hernani, Pamplona, la Palma, Madrid, Rivas Vaciamadrid o Barcelona, grupos de personas se están organizando no solo para conseguir generar este nuevo modelo de autoconsumo, sino que crean modelos basados en la horizontalidad y la recuperación de lazos comunitarios, dos
características que compartimos las finanzas éticas y las comunidades energéticas en una sociedad que empuja hacia modelos individuales de maximización del beneficio.

Nuestra base común lleva a las entidades de las finanzas éticas a ponerse al servicio de las comunidades energéticas con el fin de prestar los servicios que puedan requerir y promover esta intercooperación para crecer y consolidar un modelo que aporta bienestar a la ciudadanía y al medioambiente. Paralelamente, hay grandes retos de trabajo como son el desconocimiento legal en el propio proceso y las trabas administrativas que grandes distribuidoras y comercializadoras ponen para retardar los procesos de conexión final. El camino será largo, pero estamos a tiempo de hacer las cosas mejor.

*Clara Soler Roig y Albert Castillo i Sampedro son los responsables de comunicación de Fiare Banca Etica y Arç Cooperativa – CAES, respectivamente.

Arç Cooperativa y la transición ecosocial, un compromiso de presente y futuro

Arç Cooperativa y la transición ecosocial, un compromiso de presente y futuro

«Nuestro mayor problema es que aquello que es socialmente y ecológicamente necesario es políticamente y culturalmente imposible, porque la mayoría de la gente es capaz de imaginarse antes el fin del mundo que el fin del capitalismo. Pero no tenemos más remedio que intentarlo, y la Economía Social y Solidaria (ESS) tiene que ser una de las fuerzas que ponga el cuerpo.»

Jorge Riechmann y Frederic Jameson, citados por Jordi Garcia a Economía Solidaria de supervivencia. [1]

Capitalismo: crisis ecológica, económica, social y política

Vivimos una conjunción de crisis a escala planetaria interconectadas entre sí, fruto de las dinámicas propias del sistema capitalista. La organización económica, social y política que plantea este sistema, basado en la producción y el consumo, ha demostrado no tener en cuenta los límites físicos del planeta. El capitalismo destruye los vínculos que sostienen la vida. Cómo apunta la activista ecofeminista Yayo Herrero, el sistema capitalista ha evidenciado, en menos de 200 años, que la obtención de beneficios como único objetivo lleva a superar los límites biofísicos del planeta y a apoderarse del tiempo de las personas para ponerlo al servicio del mercado. [2]

El compañero Jordi Garcia Jané, cooperativista y referente de la economía solidaria, en el artículo «Economía Solidaria de supervivencia» agrupaba los principales retos de la humanidad en dos grandes bloques. El primero es combatir la pobreza y reducir la desigualdad entre pueblos, géneros y clases. El segundo es «parar la crisis ecológica y reinsertar la economía dentro de los límites biofísicos de la Tierra.» (Garcia Jané, 2022a)

Según diferentes autoras, como Herrero o Garcia, es imprescindible revertir estos dos desafíos, ya que el incumplimiento de cualquier de los dos amenaza al conjunto de la especie humana y a todo el planeta. Cada día, los medios de comunicación nos muestran cuáles son las consecuencias de no afrontar estos retos. Las catástrofes climáticas, la escasez de recursos, la pérdida de biodiversidad, el calentamiento global, la generalización del hambre o la proliferación de conflictos armados son solo algunos ejemplos. Y es que, al fin y al cabo, como expresa Jordi Garcia, «todo son dimensiones de una misma crisis global, la del sistema patriarcal capitalista.» [2] [3]

Ante la incertidumbre del futuro que nos depara, las investigadoras especializadas en sostenibilidad de Altekio Concepción Piñeiro y Laura Lucio, en el marco del proyecto Futurs Impossibles impulsado por la Xarxa d’Economia Solidària de Catalunya (XES), han trazado cuatro escenarios de futuro para una Cataluña postcolapso: el Green New Deal Corporativo y el ecofascismo, en los cuales primaría la lógica de mercado y los intereses oligárquicos, y el Green New Deal Transformador y el decrecimiento, en los que la lógica del bien común y los intereses populares prevalecerían por sobre el resto. [4]

Teniendo en cuenta estos posibles escenarios, desde la economía solidaria estamos obligadas a empujar hacia un sistema en el que las actividades económicas sitúen la sostenibilidad de la vida y los límites del planeta como objetivos prioritarios y a la vez nos permita avanzar hacia una sociedad más democrática, solidaria e igualitaria. En palabras de la activista Yayo Herrero al referirse a la encrucijada en la cual nos encontramos: “los movimientos sociales y las izquierdas institucionales tenemos que responsabilizarnos y actuar de manera coherente con las diagnosis que se hacen. La cuestión es ver si podemos estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir.” [5]

La importancia de la transición ecosocial

Entendemos por transición ecosocial el conjunto de cambios económicos, políticos y culturales que nos tienen que permitir «parar la degradación del planeta, erradicar la pobreza, impedir la desigualdad social y situar la sostenibilidad de la vida como objetivo prioritario y referente de las actividades productivas.» [6]

La transición ecosocial requiere una serie de cambios profundos y estructurales, sobre todo en los países del norte global, que van desde el replanteamiento del modelo de producción y consumo, la socialización del sistema financiero, una mejor redistribución de la riqueza y una profundización en materia de calidad democrática, democracia económica y autosuficiencia.

Debemos tener claro, tal como nos apunta Garcia, que apostar por la transición ecosocial no supone «desmantelar el capitalismo patriarcal y productivista». Eso sí, hacerlo nos puede ayudar a erosionar y embridar el capitalismo desbocado a favor de la sostenibilidad de la vida (Garcia Jané, 2022a).

El papel de la ESS en la transición ecosocial

Eva Vilaseca, bióloga, miembro de Espai Ambiental y cocoordinadora de Futurs Impossibles, recogía como algunas autoras, como la ya citada Yayo Herrero o Fernando Prats, urbanista y codirector del programa Cambio Global España 2020/50, ya contemplaban hace más de una década el potencial de la ESS para ocupar un espacio protagonista en el proceso de transición ecológica. [7]

Vilaseca defendía esta tesis porque las entidades de la ESS no solo tienen en cuenta el vector ambiental, sino también la democracia y la justicia. Una transición ecológica sin tener en consideración estos ejes supondría, sin lugar a dudas, un aumento de desigualdades. [8]

Rubèn Suriñach, economista, miembro de la XES y cocoordinador de Futurs Impossibles, también comparte este punto de vista sobre la capacidad de las iniciativas de la economía solidaria de liderar la transición ecosocial, ya que somos proyectos socioeconómicos que actuamos con conciencia ambiental, que nos gestionamos democráticamente y que actuamos desde la justicia laboral, económica y social. [9]

Y es que las entidades de la economía solidaria podemos jugar un papel muy importante en este escenario de transición gracias a nuestra capacidad de influencia, de generar comunidad y de crear iniciativas fácilmente reproducibles. Para hacerlo, es imprescindible crear una «agenda compartida entre movimientos emancipadores que socialice las reivindicaciones, favorezca la solidaridad entre las luchas y prepare movilizaciones conjuntas para resolver a favor de las clases populares» los retos que estamos afrontando (Garcia Jané, 2022a).

En esta línea, la XES impulsó un proceso de reflexión estratégica para «hacer aportaciones a marcos de articulación de colectivos sociales, movimientos y organizaciones» en el marco de la transición ecosocial. Uno de los hitos más destacados de este proceso es la redacción y la publicación del documento Propuestas para la democratización económica y la transición ecosocial (XES, 2022).

Es en este contexto que la XES, junto con otras entidades de la ESS catalana como la Coordinadora de Comerç Just i Finances Ètiques u Opcions de consum responsable y parte de la ciudadanía organizada, promueve la campaña  Futurs Impossibles para impulsar una transición ecológica con democracia y justicia social. La iniciativa ha tenido como hitos más relevantes, además de los talleres y la misma campaña de incidencia, la celebración del Fòrum de Transicions Ecosocials a principios de año y la presentación del manifiesto «Construimos un futuro imposible. Manifiesto por la transición ecosocial».

Arç Cooperativa, interpeladas por la transición ecosocial

Arç Cooperativa, entidad que forma parte del proyecto CAES, es una de las organizaciones socias que impulsó la XESOpcions de consum responsableFETS – Financiación Ética y Solidaria, asociación que forma parte de laCoordi, tres de las entidades impulsoras de la campaña  Futurs Impossibles. Además, desde hace cuarenta años, ha sido punta de lanza de la economía solidaria. Por todos estos motivos, y porque comparte la diagnosis, en Arç Cooperativa se sienten interpeladas a participar en este proceso colectivo para impulsar la transición ecosocial.

Y es que las entidades de la ESS tenemos un rol político totalmente alineado con el impulso de esta transformación: llevamos a cabo actividades socioeconómicas que resuelven problemas reales de la gente; somos un escaparate que demuestra la viabilidad de una economía diferente a la capitalista; hacemos de laboratorio de relaciones sociales no patriarcales, capitalistas o productivistas; y a la vez somos capaces de crear un sujeto emancipador mediante la transformación personal de las personas que trabajamos en estas organizaciones (Garcia Jané, 2022a).

Desde Arç Cooperativa han detectado la capacidad de actuar en cinco de las propuestas articuladas desde la XES para avanzar hacia la transición ecosocial, las cuales ya estaban desarrollando o las estaban empezando a aplicar: la promoción de un sistema financiero al servicio de las necesidades sociales; el fomento de actividades socialmente útiles; el apoyo de las administraciones a la ESS como pieza clave para un nuevo modelo socioeconómico; el reconocimiento de la economía de los cuidados y su democratización; y la mejora de las condiciones sociolaborales.

Y es que este proceso impulsado por el movimiento de la economía solidaria coincidió con el proceso de reflexión estratégica llevado a cabo durante el 2022 por la cooperativa catalana, que culminó con la creación de un marco estratégico para el periodo 2023-2025. Trabajar en paralelo estas dos reflexiones permitió que los tres pilares fundamentales sobre los cuales pivota este marco – el compromiso con la transición ecosocial, la innovación cooperativa y el crecimiento de las personas – estén alineados con las propuestas transformadoras propuestas desde la XES.

Arç Cooperativa: una organización comprometida con la transición ecosocial

Arç Cooperativa, juntamente con SERYES y CAES, ha sido uno de los agentes clave en la creación y la promoción del sector asegurador éticamente orientado, un sector que tiene como objetivo fomentar las realidades aseguradoras de carácter mutualista y éticas como instrumentos colectivos de cohesión social. En esta línea, su apuesta por el seguro ético y el sello EthSI viene de lejos y en este contexto toma más sentido que nunca.

En segundo lugar, la correduría de seguros catalana ha decidido apostar estratégicamente por desarrollar productos y servicios específicos para los sectores más estrechamente vinculados con la transición ecosocial y aquellos que desarrollan actividades sostenibles y socialmente útiles para cubrir las necesidades esenciales de las personas.

Además de su trayectoria aseguradora con entidades y organizaciones de la ESS, en Arç Cooperativa ofrecen un servicio integral de seguros para la vivienda cooperativa en cesión de uso y la movilidad sostenible compartida gracias a los acuerdos de intercooperació con entidades referentes del sector; han diseñado un programa asegurador para los riesgos de las comunidades energéticas; trabajan para desplegar seguros gestionados éticamente para cubrir vehículos de movilidad sostenible; y están negociando con entidades y compañías para ofrecer productos y servicios aseguradores específicos para personas en situación de vulnerabilidad o en riesgo de sufrir situaciones de discriminación.

En tercer lugar, Arç Cooperativa es una de las veinticuatro entidades que participan del proyecto Life eCOadapt50. La iniciativa, de ámbito catalán, pretende crear, de manera conjunta entre administraciones y agentes socioeconómicos y de conocimiento, una acción estratégica para adaptar los territorios y las actividades económicas especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático.

Así mismo, la entidad tiene definida una política de redistribución de la riqueza claramente orientada al equilibrio ecosocial a través de nuestras aportaciones a colectivos y una política de inversiones y participación en proyectos comprometidos con la sostenibilidad ambiental y social.

En cuanto a la propuesta de apoyo de las administraciones a la economía solidaria como pieza clave para avanzar hacia un nuevo modelo socioeconómico, Arç Cooperativa y SERYES han tenido un papel clave en la promoción del sello EthSI como elemento que pueden incorporar las administraciones en la contratación pública responsable.

Si tenemos en cuenta la necesidad de reconocer la economía de los cuidados y su democratización, la correduría de seguros catalana ha promovido “políticas laborales que protegen, garantizan y normalizan la corresponsabilidad real y equitativa de las tareas de cuidados sin recibir ninguna penalización social ni tampoco laboral en cuanto a la posibilidad de promoción interna a las empresas” (XES, 2022). Su último Balance Social recoge que el tiempo dispuesto por cuidados personales o familiares del conjunto de las personas socias y trabajadoras de la cooperativa llegó al 2,5% de la capacidad de trabajo. Además, han incorporado prácticas que facilitan el desarrollo de los proyectos personales y la dimensión humana de nuestro proyecto.

Finalmente, hace muchos años que en Arç Cooperativa trabajan para garantizar unas condiciones sociolaborales dignas para todas las personas de la cooperativa. Su reglamento de Régimen Interno tiene en especial consideración a aspectos como la jornada laboral de 36 horas, las facilidades para la flexibilidad horaria y la autogestión de los equipos en materia de disponibilidad y el pago del 100% del anticipo por bajas laborales de larga duración.

Conclusiones

En los últimos años se han hecho importantes pasos adelante. La grave situación actual hace indiscutible los vasos comunicantes entre el sistema patriarcal, el modelo productivo y de consumo actual y la crisis ecológica planetaria. Por nuestra parte, el conjunto de la ESS hemos sido capaces de articular discursos y relatos, empezar a promover campañas con el apoyo de la ciudadanía crítica y, a la vez, hemos definido propuestas concretas que entidades, empresas y administraciones están empezando a incorporar.

La tarea que tenemos encomendada es un reto mayúsculo, pero a la vez es coherente con la manera de hacer que las entidades de la economía solidaria hemos practicado desde hace tantos años: construir alternativas comunitarias para desplegar un sistema socioeconómico donde la reproducción de la vida dentro de los límites del planeta prevalezca a las actividades productivas y que nos tiene que permitir articular comunidades más democráticas, solidarias y justas.

En Arç Cooperativa, como parte del proyecto de promoción sel seguro ético y solidario CAES, se encuentran alineadas a favor de la transición ecosocial, desplegando los objetivos trazados en su marco estratégico, siendo aliadas del resto de entidades de la economía solidaria y de la ciudadanía organizada dispuestas a trabajar por un futuro y unas vidas que merezcan la pena ser vividas.

Y del mismo modo que iniciábamos este artículo, lo terminamos con una reflexión de Jordi Garcia: “Quizás la ESS consiga ser parte del embrión de una economía postcapitalista, o al menos empujar fuerte en favor de la transición ecosocial; pero si al final el colapso nos atrapa, al menos que la hayamos convertido en una constelación de luciérnagas que señalan caminos de esperanza en medio de la oscuridad. En cualquier caso, tenemos mucho trabajo para hacer y ni un segundo para perder.” (García Jané, 2022a).

Referencias:

[1] Garcia Jané, Jordi (gener 2022): “Economia Solidària de supervivència”. Economia Solidària. http://economiasolidaria.cat/?p=1280

[2] Herrero, Yayo: “Crisis global: cuando el capital puso la vida a su servicio”. Ecologistas en Acción. https://www.feministas.org/IMG/pdf/1-_texto_crisis_ecologica_yayo.pdf

[3] Garcia Jané, Jordi (octubre 2022): “Resistir, lluitar, comunalitzar” Cooperació Catalana https://issuu.com/fundaciorocagales/docs/cooperaciocatalana_468_ok/16

[4] Herrero, Yayo (agost 2022): “Contra el capitalisme del desastre”. ctxt.es https://ctxt.es/es/20220801/Firmas/40556/yayo-herrero-carta-a-la-comunidad-crisis-eco-capitalismo-cambio-climatico.htm

[5] Piñeiro, Concepción; Lucio, Laura (2022): “Guia pràctica per a la construcció participativa d’escenaris de futur per
a la transició ecosocial”. XEShttps://xes.cat/wp-content/uploads/2022/12/Escenaris-en-catala-2022-1.pdf 

[6] XES (abril 2022): “Propostes per a la democratització i la transició ecosocial”. XES.  https://xes.cat/wp-content/uploads/2021/09/DEFINITIU-Propostes-per-a-la-democratitzacio-economica-i-transicio-ecosocial.pdf

[7] Vilaseca Corominas, Eva (juliol 2019) “La dimensió ecològica de l’Economia Social i Solidària. Situació actual i reptes per a la transició ecològica” Universitat Autònoma de Barcelona https://economiasocial.coop/wp-content/uploads/20.pdf

[8] Economia Social i Solidària (gener 2023): “Les iniciatives de l’ESS són les llavors del canvi, una peça clau per promoure la transició ecosocial” Ajuntament de Barcelona https://ajuntament.barcelona.cat/economia-social-solidaria/ca/actualitat/noticies/les-iniciatives-de-less-son-les-llavors-del-canvi-una-peca-clau-per-promoure-la-transicio-ecosocial-1244413

[9] Barcelona pel Clima (novembre 2019): “L’emergència climàtica és una oportunitat per construir una altra forma de viure, de produir i de consumir”. Ajuntament de Barcelona https://www.barcelona.cat/barcelona-pel-clima/ca/noticia/lemergencia-climatica-es-una-oportunitat-de-canvi-per-construir-una-altra-forma-de-viure-de-produir-i-de-consumir_885954