Hoy en día, el consumo se ha convertido en un acto cotidiano y a menudo necesario para vivir. Consumimos cuando compramos los alimentos que comemos, cuando encendemos la luz, cuando calentamos nuestro hogar o cuando pagamos con una tarjeta de crédito en una tienda.
Pero el consumo no es un acto neutral. Impacta en el medio ambiente y en las personas de la empresa que hay detrás del bien o servicio que compramos. Por eso, cada vez más personas adoptamos decisiones de consumo consciente para vivir en consonancia con nuestros valores y principios.
El consumo consciente
Por consumo consciente nos referimos a aquellos actos de consumo que realizamos para satisfacer unanecesidad real después de habernos informado de las diferentes opciones que tenemos, escogiendo la que tiene un menor impacto ambiental y un mayor impacto social. Comer productos locales y de temporada, movernos en transporte público o en bici y compartir y reutilizar son algunos ejemplos.
Si queremos consumir de manera más consciente, las entidades que promueven un consumo responsable y crítico como Opcions proponen seguir tres claves [1]:
Consumir menos: replantearnos nuestras necesidades, reparar siempre que sea posible y no consumir si no es estrictamente necesario.
Consumir sin comprar: intercambiar bienes y servicios y practicar el préstamo o el alquiler para reforzar los lazos comunitarios y la acción colectiva.
Comprar con criterio: cuando la compra es inevitable, intentaremos conocer el tipo de empresa y las características del bien o servicio para favorecer aquellas iniciativas con un impacto más positivo hacia las personas, la sociedad y el medio-ambiente.
Comprar con criterio supone empoderarnos como consumidoras y ser conscientes de cuál es la huella ambiental y social que dejan nuestras decisiones de consumo. Y es que, como defiende el colectivo Carro de Combate «consumir es un acto político, ya que con nuestras compras cotidianas estamos apoyando a las empresas que hay detrás.» [2]
Existe Me Cambio, una página web promovida por la economía solidaria y los mercados sociales que da acceso a soluciones de consumo en algunos sectores importantes de la economía, que recoge proyectos de todos los sectores de actividad de la economía solidaria para facilitar el consumo responsable, consciente y crítico.
El consumo consciente en el sector financiero
Inversión en armamento, participaciones preferentes, rescates bancarios, hipotecas sub-prime, acumulación de pisos vacíos procedentes de desahucios, greenwashing… Hace muchos años que el sector financiero tradicional se está ganando a pulso la desconfianza de la ciudadanía.
Ante esta realidad, ¿cómo podemos depositar nuestros ahorros, pagar con tarjeta de crédito o contratar un seguro siguiendo unos criterios críticos y responsables?
Por suerte, existe un amplio ecosistema de finanzas éticas y solidarias. Son iniciativas que van desde proyectos de ahorro comunitario a cooperativas de servicios financieros o entidades bancarias, entre muchas otras. Para facilitar la búsqueda, FETS, Financiación Ética y Solidaria creó Dinero ético, un catálogo con un amplio abanico de productos y servicios que ofrecen las entidades que operan en el sector de las finanzas éticas. Y es que, como dice Aitziber Mugarra, profesora e investigadora de la Universidad de Deusto, «el dinero per se no es malo, lo es en todo caso el uso social que se hace de él». [3]
Todas las entidades de las finanzas éticas son “prácticas de intermediación financiera que combinan la rentabilidad social y la gestión democrática y transparente“. [4] En otras palabras, son entidades que trabajan con nuestro dinero y que se basan en criterios éticos, que incorporan valores como la participación y la transparencia y que velan por el bienestar social y ambiental. En el Estado español, casi 200.000 personas ya son usuarias de proyectos de entidades bancarias y para-bancarias de las finanzas éticas. [5]
El sello EthSI, un antídoto contra la opacidad del sector asegurador
Dentro del ámbito financiero, los seguros son, probablemente, el sector más opaco y desconocido. Situado fuera del foco mediático, se calcula que la facturación del sector supera el 5% del producto interior bruto del Estado español. En otras palabras, «el sector asegurador español factura más que los veinte países más pobres de África.» [6]
Estos beneficios millonarios a menudo provienen de la inversión, ya que las compañías aseguradoras tienen músculo financiero para invertir grandes cantidades de dinero. Con estas inversiones, que solo en el Estado español superan los 300.000 millones de euros, las entidades a menudo buscan la máxima rentabilidad. [5] Esto lleva muchas compañías aseguradoras a fijarse en negocios poco éticos y cuestionables. El 2020, el Centro Delàs de Estudios por la Paz identificó 24 aseguradoras que operan en el Estado español vinculadas con la industria armamentista. [7]
Con el objetivo de reivindicar una mirada ética y una voluntad transformadora que ya teníamos incorporadas algunas corredurías y entidades aseguradoras, el 2007 el Observatorio de las Finanzas Éticas, un espacio promovido y coordinado por FETS, creó el sello EthSI (Ethical and Solidarity Based Insurance). Esta certificación nos permite identificar aquellas entidades más transparentes, que disponen de políticas de responsabilidad hacia la comunidad y el territorio y políticas de inversiones con un impacto positivo en la economía y el medio-ambiente. De este modo, el sello permite avanzar en el despliegue del seguro ético y solidario.
Las buenas prácticas del seguro ético
El Barómetro de las Finanzas Éticas recoge algunas de las buenas prácticas del sector asegurador ético. Por poner solo algunos ejemplos, en las entidades acreditadas con el sello EthSI, el 55% de los cargos directivos están ocupados por mujeres, cifra que disminuye hasta el 30% en las entidades convencionales. En el caso de la igualdad salarial en las corredurías éticas – la diferencia entre los sueldos más alto y más bajo de una plantilla – se sitúa por debajo de 1 sobre 4 de media. [5]
En cuanto a las inversiones, las entidades de seguros acreditados han incorporado criterios éticos de control. De este modo, en lugar de invertir en empresas armamentistas o vinculadas a los combustibles fósiles o a los juegos de azar, se buscan inversiones que repercutan positivamente en las personas, las comunidades y el territorio.
En el caso de CAES, las corredurías de seguros SERYESy Arç Cooperativa son actualmente las dos entidades mediadoras de seguros certificadas con el máximo grado de aplicación del sello EthSI. Esto significa que un comité evaluador independiente ha comprobado que tenemos una responsabilidad hacia la comunidad y el territorio; unas prácticas de equidad y transparencia; una responsabilidad económica, ambiental y laboral; una gobernanza democrática; que funcionamos según un criterio ético; que somos entidades usuarias de la banca ética; y que tenemos una política de inversiones responsable y ética.
En resumen, el sello EthSI es una herramienta que nos permite conocer el grado de transparencia y buenas prácticas de las corredurías, las mutualidades y las compañías de seguros. De este modo, las consumidoras podemos adquirir un seguro que se ajuste a nuestros valores. Así, al escoger un seguro con una entidad certificada contribuimos a revertir la especulación financiera, frenar la industria armamentista, promover los valores de la economía social y solidaria y recuperar la función social del seguro.
[5] Observatori de les Finances Ètiques (2022): «Baròmetre de les Finances Ètiques 2021. Una radiografia del sector a l’Estat espanyol» https://fets.org/observatori/barometre/
«Nuestro mayor problema es que aquello que es socialmente y ecológicamente necesario es políticamente y culturalmente imposible, porque la mayoría de la gente es capaz de imaginarse antes el fin del mundo que el fin del capitalismo. Pero no tenemos más remedio que intentarlo, y la Economía Social y Solidaria (ESS) tiene que ser una de las fuerzas que ponga el cuerpo.»
Jorge Riechmann y Frederic Jameson, citados por Jordi Garcia a Economía Solidaria de supervivencia. [1]
Capitalismo: crisis ecológica, económica, social y política
Vivimos una conjunción de crisis a escala planetaria interconectadas entre sí, fruto de las dinámicas propias del sistema capitalista. La organización económica, social y política que plantea este sistema, basado en la producción y el consumo, ha demostrado no tener en cuenta los límites físicos del planeta. El capitalismo destruye los vínculos que sostienen la vida. Cómo apunta la activista ecofeminista Yayo Herrero, el sistema capitalista ha evidenciado, en menos de 200 años, que la obtención de beneficios como único objetivo lleva a superar los límites biofísicos del planeta y a apoderarse del tiempo de las personas para ponerlo al servicio del mercado. [2]
El compañero Jordi Garcia Jané, cooperativista y referente de la economía solidaria, en el artículo «Economía Solidaria de supervivencia» agrupaba los principales retos de la humanidad en dos grandes bloques. El primero es combatir la pobreza y reducir la desigualdad entre pueblos, géneros y clases. El segundo es «parar la crisis ecológica y reinsertar la economía dentro de los límites biofísicos de la Tierra.» (Garcia Jané, 2022a)
Según diferentes autoras, como Herrero o Garcia, es imprescindible revertir estos dos desafíos, ya que el incumplimiento de cualquier de los dos amenaza al conjunto de la especie humana y a todo el planeta. Cada día, los medios de comunicación nos muestran cuáles son las consecuencias de no afrontar estos retos. Las catástrofes climáticas, la escasez de recursos, la pérdida de biodiversidad, el calentamiento global, la generalización del hambre o la proliferación de conflictos armados son solo algunos ejemplos. Y es que, al fin y al cabo, como expresa Jordi Garcia, «todo son dimensiones de una misma crisis global, la del sistema patriarcal capitalista.» [2] [3]
Ante la incertidumbre del futuro que nos depara, las investigadoras especializadas en sostenibilidad de Altekio Concepción Piñeiro y Laura Lucio, en el marco del proyecto Futurs Impossibles impulsado por la Xarxa d’Economia Solidària de Catalunya (XES), han trazado cuatro escenarios de futuro para una Cataluña postcolapso: el Green New Deal Corporativo y el ecofascismo, en los cuales primaría la lógica de mercado y los intereses oligárquicos, y el Green New Deal Transformador y el decrecimiento, en los que la lógica del bien común y los intereses populares prevalecerían por sobre el resto. [4]
Teniendo en cuenta estos posibles escenarios, desde la economía solidaria estamos obligadas a empujar hacia un sistema en el que las actividades económicas sitúen la sostenibilidad de la vida y los límites del planeta como objetivos prioritarios y a la vez nos permita avanzar hacia una sociedad más democrática, solidaria e igualitaria. En palabras de la activista Yayo Herrero al referirse a la encrucijada en la cual nos encontramos: “los movimientos sociales y las izquierdas institucionales tenemos que responsabilizarnos y actuar de manera coherente con las diagnosis que se hacen. La cuestión es ver si podemos estar a la altura del momento histórico que nos ha tocado vivir.” [5]
La importancia de la transición ecosocial
Entendemos por transición ecosocial el conjunto de cambios económicos, políticos y culturales que nos tienen que permitir «parar la degradación del planeta, erradicar la pobreza, impedir la desigualdad social y situar la sostenibilidad de la vida como objetivo prioritario y referente de las actividades productivas.» [6]
La transición ecosocial requiere una serie de cambios profundos y estructurales, sobre todo en los países del norte global, que van desde el replanteamiento del modelo de producción y consumo, la socialización del sistema financiero, una mejor redistribución de la riqueza y una profundización en materia de calidad democrática, democracia económica y autosuficiencia.
Debemos tener claro, tal como nos apunta Garcia, que apostar por la transición ecosocial no supone «desmantelar el capitalismo patriarcal y productivista». Eso sí, hacerlo nos puede ayudar a erosionar y embridar el capitalismo desbocado a favor de la sostenibilidad de la vida (Garcia Jané, 2022a).
El papel de la ESS en la transición ecosocial
Eva Vilaseca, bióloga, miembro de Espai Ambiental y cocoordinadora de Futurs Impossibles, recogía como algunas autoras, como la ya citada Yayo Herrero o Fernando Prats, urbanista y codirector del programa Cambio Global España 2020/50, ya contemplaban hace más de una década el potencial de la ESS para ocupar un espacio protagonista en el proceso de transición ecológica. [7]
Vilaseca defendía esta tesis porque las entidades de la ESS no solo tienen en cuenta el vector ambiental, sino también la democracia y la justicia. Una transición ecológica sin tener en consideración estos ejes supondría, sin lugar a dudas, un aumento de desigualdades. [8]
Rubèn Suriñach, economista, miembro de la XES y cocoordinador de Futurs Impossibles, también comparte este punto de vista sobre la capacidad de las iniciativas de la economía solidaria de liderar la transición ecosocial, ya que somos proyectos socioeconómicos que actuamos con conciencia ambiental, que nos gestionamos democráticamente y que actuamos desde la justicia laboral, económica y social. [9]
Y es que las entidades de la economía solidaria podemos jugar un papel muy importante en este escenario de transición gracias a nuestra capacidad de influencia, de generar comunidad y de crear iniciativas fácilmente reproducibles. Para hacerlo, es imprescindible crear una «agenda compartida entre movimientos emancipadores que socialice las reivindicaciones, favorezca la solidaridad entre las luchas y prepare movilizaciones conjuntas para resolver a favor de las clases populares» los retos que estamos afrontando (Garcia Jané, 2022a).
En esta línea, la XES impulsó un proceso de reflexión estratégica para «hacer aportaciones a marcos de articulación de colectivos sociales, movimientos y organizaciones» en el marco de la transición ecosocial. Uno de los hitos más destacados de este proceso es la redacción y la publicación del documento Propuestas para la democratización económica y la transición ecosocial (XES, 2022).
Arç Cooperativa, interpeladas por la transición ecosocial
Arç Cooperativa, entidad que forma parte del proyecto CAES, es una de las organizaciones socias que impulsó la XES, Opcions de consum responsable y FETS – Financiación Ética y Solidaria, asociación que forma parte de laCoordi, tres de las entidades impulsoras de la campaña Futurs Impossibles. Además, desde hace cuarenta años, ha sido punta de lanza de la economía solidaria. Por todos estos motivos, y porque comparte la diagnosis, en Arç Cooperativa se sienten interpeladas a participar en este proceso colectivo para impulsar la transición ecosocial.
Y es que las entidades de la ESS tenemos un rol político totalmente alineado con el impulso de esta transformación: llevamos a cabo actividades socioeconómicas que resuelven problemas reales de la gente; somos un escaparate que demuestra la viabilidad de una economía diferente a la capitalista; hacemos de laboratorio de relaciones sociales no patriarcales, capitalistas o productivistas; y a la vez somos capaces de crear un sujeto emancipador mediante la transformación personal de las personas que trabajamos en estas organizaciones (Garcia Jané, 2022a).
Desde Arç Cooperativa han detectado la capacidad de actuar en cinco de las propuestas articuladas desde la XES para avanzar hacia la transición ecosocial, las cuales ya estaban desarrollando o las estaban empezando a aplicar: la promoción de un sistema financiero al servicio de las necesidades sociales; el fomento de actividades socialmente útiles; el apoyo de las administraciones a la ESS como pieza clave para un nuevo modelo socioeconómico; el reconocimiento de la economía de los cuidados y su democratización; y la mejora de las condiciones sociolaborales.
Y es que este proceso impulsado por el movimiento de la economía solidaria coincidió con el proceso de reflexión estratégica llevado a cabo durante el 2022 por la cooperativa catalana, que culminó con la creación de un marco estratégico para el periodo 2023-2025. Trabajar en paralelo estas dos reflexiones permitió que los tres pilares fundamentales sobre los cuales pivota este marco – el compromiso con la transición ecosocial, la innovación cooperativa y el crecimiento de las personas – estén alineados con las propuestas transformadoras propuestas desde la XES.
Arç Cooperativa: una organización comprometida con la transición ecosocial
Arç Cooperativa, juntamente con SERYES y CAES, ha sido uno de los agentes clave en la creación y la promoción del sector asegurador éticamente orientado, un sector que tiene como objetivo fomentar las realidades aseguradoras de carácter mutualista y éticas como instrumentos colectivos de cohesión social. En esta línea, su apuesta por el seguro ético y el sello EthSI viene de lejos y en este contexto toma más sentido que nunca.
En segundo lugar, la correduría de seguros catalana ha decidido apostar estratégicamente por desarrollar productos y servicios específicos para los sectores más estrechamente vinculados con la transición ecosocial y aquellos que desarrollan actividades sostenibles y socialmente útiles para cubrir las necesidades esenciales de las personas.
Además de su trayectoria aseguradora con entidades y organizaciones de la ESS, en Arç Cooperativa ofrecen un servicio integral de seguros para la vivienda cooperativa en cesión de uso y la movilidad sostenible compartida gracias a los acuerdos de intercooperació con entidades referentes del sector; han diseñado un programa asegurador para los riesgos de las comunidades energéticas; trabajan para desplegar seguros gestionados éticamente para cubrir vehículos de movilidad sostenible; y están negociando con entidades y compañías para ofrecer productos y servicios aseguradores específicos para personas en situación de vulnerabilidad o en riesgo de sufrir situaciones de discriminación.
En tercer lugar, Arç Cooperativa es una de las veinticuatro entidades que participan del proyecto Life eCOadapt50. La iniciativa, de ámbito catalán, pretende crear, de manera conjunta entre administraciones y agentes socioeconómicos y de conocimiento, una acción estratégica para adaptar los territorios y las actividades económicas especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático.
Así mismo, la entidad tiene definida una política de redistribución de la riqueza claramente orientada al equilibrio ecosocial a través de nuestras aportaciones a colectivos y una política de inversiones y participación en proyectos comprometidos con la sostenibilidad ambiental y social.
Si tenemos en cuenta la necesidad de reconocer la economía de los cuidados y su democratización, la correduría de seguros catalana ha promovido “políticas laborales que protegen, garantizan y normalizan la corresponsabilidad real y equitativa de las tareas de cuidados sin recibir ninguna penalización social ni tampoco laboral en cuanto a la posibilidad de promoción interna a las empresas” (XES, 2022). Su último Balance Social recoge que el tiempo dispuesto por cuidados personales o familiares del conjunto de las personas socias y trabajadoras de la cooperativa llegó al 2,5% de la capacidad de trabajo. Además, han incorporado prácticas que facilitan el desarrollo de los proyectos personales y la dimensión humana de nuestro proyecto.
Finalmente, hace muchos años que en Arç Cooperativa trabajan para garantizar unas condiciones sociolaborales dignas para todas las personas de la cooperativa. Su reglamento de Régimen Interno tiene en especial consideración a aspectos como la jornada laboral de 36 horas, las facilidades para la flexibilidad horaria y la autogestión de los equipos en materia de disponibilidad y el pago del 100% del anticipo por bajas laborales de larga duración.
Conclusiones
En los últimos años se han hecho importantes pasos adelante. La grave situación actual hace indiscutible los vasos comunicantes entre el sistema patriarcal, el modelo productivo y de consumo actual y la crisis ecológica planetaria. Por nuestra parte, el conjunto de la ESS hemos sido capaces de articular discursos y relatos, empezar a promover campañas con el apoyo de la ciudadanía crítica y, a la vez, hemos definido propuestas concretas que entidades, empresas y administraciones están empezando a incorporar.
La tarea que tenemos encomendada es un reto mayúsculo, pero a la vez es coherente con la manera de hacer que las entidades de la economía solidaria hemos practicado desde hace tantos años: construir alternativas comunitarias para desplegar un sistema socioeconómico donde la reproducción de la vida dentro de los límites del planeta prevalezca a las actividades productivas y que nos tiene que permitir articular comunidades más democráticas, solidarias y justas.
En Arç Cooperativa, como parte del proyecto de promoción sel seguro ético y solidario CAES, se encuentran alineadas a favor de la transición ecosocial, desplegando los objetivos trazados en su marco estratégico, siendo aliadas del resto de entidades de la economía solidaria y de la ciudadanía organizada dispuestas a trabajar por un futuro y unas vidas que merezcan la pena ser vividas.
Y del mismo modo que iniciábamos este artículo, lo terminamos con una reflexión de Jordi Garcia: “Quizás la ESS consiga ser parte del embrión de una economía postcapitalista, o al menos empujar fuerte en favor de la transición ecosocial; pero si al final el colapso nos atrapa, al menos que la hayamos convertido en una constelación de luciérnagas que señalan caminos de esperanza en medio de la oscuridad. En cualquier caso, tenemos mucho trabajo para hacer y ni un segundo para perder.” (García Jané, 2022a).
[7] Vilaseca Corominas, Eva (juliol 2019) “La dimensió ecològica de l’Economia Social i Solidària. Situació actual i reptes per a la transició ecològica” Universitat Autònoma de Barcelona https://economiasocial.coop/wp-content/uploads/20.pdf
Los datos del Barómetro de las Finanzas Éticas 2021 reflejan la tendencia al alza de las entidades de finanzas éticas y demuestran que son «actores clave para contribuir a un desarrollo sostenible». Dentro del sistema de finanzas éticas, el sector asegurador ético mantiene una buena salud y ya gestiona más de 4,7 millones de contratos de seguros en el Estado español.
El Barómetro muestra cómo las finanzas éticas y solidarias mantuvieron la línea de crecimiento de los años anteriores, a pesar del contexto social y económico desfavorable de 2021 marcado por la crisis de la covid-19. Sergi Salabert, responsable del Observatorio, destacó en el informe que «en el sector financiero es posible crecer sin renunciar ni a los valores ni a los principios».
Por su parte, Jordi Via, presidente de FETS y socio fundador de Arç Cooperativa, puso el acento en la estrategia de las finanzas éticas, que consiste en acompañar y dar respuesta a la transición ecosocial. En esta línea, resaltó que es necesario seguir trabajando para que «los movimientos sociales perciban las finanzas éticas como un instrumento indispensable» en su tarea transformadora.
El sector asegurador ético en crecimiento
El Barómetro muestra que en 2021 el sector asegurador ético gestionó más de 4,7 millones de contratos de seguros en el Estado español. Esta cifra supone un volumen de aportaciones de casi 1.600 millones de euros, un porcentaje superior al 2,5 % del total de aportaciones del sector asegurador.
Respecto al ámbito de la mediación, las corredurías de seguros éticos ya gestionamos un volumen superior a los 14,5 millones de euros de aportaciones y los 24.500 contratos. Estas cifras suponen un incremento respecto al año anterior.
Salabert destacó que las inversiones del sector asegurador ético están concentradas, principalmente, en inversiones de renta fija. Por otra parte, las inversiones de renta variable solo suponen el 0,25 %, ante el 7 % del sector asegurador convencional.
En la presente edición se ha querido dar más visibilidad al sello EthSIde seguros éticos y solidarios, incluyéndolo como un indicador en el suplemento de experiencias y proyectos financiados que recoge el Barómetro.
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